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El Flagelo
Saluda del Presidente
El hombre siempre ha creído ser un Adán de angustia la llegada de un día en el cual para rezar
sobre la tierra. El pasado no existe, solamente cuenta a los santos, enviaremos un “guasap” no procuremos
el presente. Sin embargo las cosas nuevas son las saber cuál será el coste de la llamada a los cielos.
que antes envejecen. A decir verdad, son las únicas
que se quedan viejas. Otras las arrinconan. Pero, El tema de nuestro tiempo podríamos
mientras tanto, los jóvenes defienden las posiciones plantearlo en los siguientes términos ¿papel o
ganadas y los que no lo somos nos batimos en triste formato digital? Este dilema enfrenta dos bandos:
retirada aferrados a los viejos tiempos. ¿Es posible la uno, los partidarios de la tradición, otros los
paz? Manifestemos nuestra buena voluntad. ¿Quien defensores del progreso. Ahora bien, el progreso
no ha sentido cierta desazón, un estremecimiento no es otra cosa que la tradición continuada, la suma
interno, cuando ve meter una moneda en la ranura de los esfuerzos. Aquellos que hoy se lamentan de
y una bombillita se enciende milagro de la ciencia, los ordenadores portátiles y de la tableta pasaron
se ilumina en la capilla oscura? Todos conocemos su infancia oyendo denigrar de la caja tonta de la
el problema de usar velas en los templos. El cirio televisión. Y esta no desterró tampoco a la radio, que
santurrón de la luz, se deshace irremediablemente sigue bien viva.
en lágrimas. Pero también presentimos con un poco
Hubo un tiempo no muy lejano, en que las
fotografías se realizaban con un carrete y luego se
imprimían en un papel de varios tamaños. Como
el número de fotos del rollo estaba limitado a
unas pocas, entonces la escasez de cada imagen
aumentaba su valor. Las modernas maquinas de
fotografía digitales, como los billetes en la inflación,
han devaluado cada fotografía particular. Podemos
hacer de ellas cuantas copias queramos y borrarlas
apretando un botón. Así de sencillo. Pero tanta
facilidad nos lleva a despreciar lo que tan poco
cuesta. Si se quieren salvar, hacerlas retazos de una
vida es necesario seleccionar, elegir, imprimirlas
en un libro un álbum de imágenes. No podemos
desprendernos del pasado.
Volvamos al punto de partida. ¿Es preciso
decidir entre una y otra posibilidad? ¿Todo o nada?
Una edición limitada en papel no contradice otra
edición digital de la cual se pueda imprimir en papel
según la demanda.
El papel, enorme revolución en su tiempo y
monarca absoluto de las letras durante siglos, cede
hoy su puesto a la era digital. Pero no desaparece.
No temamos. Ahí esta humilde en un estante,
dispuesto a las manos respetuosas de quien quiera
tomarlo. Y los formatos digitales, orgullosos de
su triunfo, muestran su misma debilidad con sus
propias victorias. Cada formato debe ser siempre
reconvertido, transformado en el siguiente.
Solamente un medio es perenne, constante
vencedor en el tiempo. Moisés recibió las tablas de
la ley escritas en piedra y nosotros yaceremos bajo
una lapida con nuestro nombre cuando al partir
vayamos hacia Dios.
Pedro Ayala Gallego
Foto: Francisco Martínez
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