Page 49 - 2017
P. 49
El Flagelo
Reflexiones en torno
a una procesión
La procesión del Domingo de Ramos cons-
tituye toda una singularidad dentro de las procesio-
nes californias en particular y de la Semana Santa
de Cartagena en general. Un hecho debido a dos
circunstancias: el carácter estrictamente infantil que
tiene en la actualidad y la presencia de tercios de
hebreos sustituyendo a los habituales capirotes del
resto de las procesiones cartageneras.
Niños y hebreos conforman, pues, la esencia
de la procesión de Nuestro Padre Jesús en su Entrada
en Jerusalén y dotan a este desfile californio de per-
sonalidad propia. Sin embargo, no siempre fue así.
Instaurada su salida en 1944 , en sus primeros años Foto: Julián Contreras
(1)
la procesión se organizó de una manera muy dife- tándose entre los cofrades californios: el menoscabo
rente a la actual, si bien, desde un primer momento, del sentimiento cofrade a favor del de pertenencia
los californios quisieron conferirle un carácter alegre a una agrupación. Lo que podríamos denominar el
y desenfadado que resaltara la alegría por la entrada paso del procesionismo al agrupacionismo .
(6)
triunfal del Salvador en la Ciudad Santa, utilizando
para ello un grupo de hebreos que arropaban el po- No es casual, por tanto, que fuese la agrupa-
pular trono de “La burrica” . Lo que permitía a la ción de San Juan Evangelista la primera en crear un
(2)
cofradía, por otra parte, recuperar la tradición del tercio infantil, ni tampoco el momento: los años cin-
pueblo hebreo, que en los años finales del siglo XIX cuenta del pasado siglo. Precisamente en esos años,
y comienzos del XX había desfilado entre los tronos cuando se está apuntalando el concepto de agrupa-
de La Oración en el Huerto y El Ósculo la noche de ción dentro del organigrama cofrade y sus señas de
Miércoles Santo . identidad: unos colores, una marcha y lo más im-
(3)
portante, sin duda, una manera propia de entender
Tras una primera etapa, que podríamos de- el orden, es decir, un modo de desfilar único, con el
nominar de tanteo, entre 1944 y 1952, la procesión que sus miembros se identifican y refuerzan el senti-
comienza a configurarse en 1953 tal como la conoce- miento de pertenencia al grupo. Desde esta perspec-
mos en la actualidad con la incorporación del tercio tiva, tampoco es extraño que la iniciativa de los san-
infantil de la agrupación de San Juan Evangelista, juanistas fuese seguida por las agrupaciones de San
que aquel año desfiló, por primera vez, abriendo el Pedro y de la Virgen, que crean sus propios tercios
cortejo . La presencia de este tercio infantil, toda una infantiles en 1957 y 1959 , respectivamente. Así,
(4)
(7)
(8)
novedad, aunque su precedente inmediato podría- en unos pocos años, las tres “grandes” agrupacio-
mos rastrearlo en la efímera cofradía de San Juan, nes californias de entonces comienzan a diseñar la
que estuvo activa en la ciudad durante la segunda infraestructura para ir perpetuando los valores pro-
década del siglo XX , suponía también la plasma- pios de la agrupación y transmitirlos a la siguien-
(5)
ción visual de un cambio de mentalidad que iba ges- te generación de procesionistas; entendiendo como
49
49