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El Flagelo


                                                                frade, a través del prisma de una agrupación concre-
                                                                ta, aportaba a los nuevos hermanos una visión sesga-
                                                                da de su cofradía, haciéndoles perder el sentimiento
                                                                de pertenencia a la misma que quedaba reducido al
                                                                ámbito de su propia agrupación.

                                                                       Así se explica que el impacto del denomina-
                                                                do “agrupacionismo” haya sido menor en la cofradía
                                                                marraja que en la california a pesar de la estructura
                                                                similar de ambas. Esto se debería al hecho de que las
                                                                agrupaciones marrajas no poseen tercios infantiles.
                                                                Esta carencia obliga a los hermanos  marrajos,  con
                                                                independencia de su edad, a participar en procesio-
                              Foto: Julián Contreras
                                                                nes como la del Lunes Santo, por citar un ejemplo,
             “grandes” aquellas agrupaciones que probablemen-   ataviados de nazarenos, es decir, vistiendo un mis-
             te contaban con un mayor número de hermanos y en   mo color: el morado, y entremezclados entre sí con
             las que sin duda había enraizado tempranamente el   independencia de cuál sea la agrupación en la que
             sentimiento de pertenencia a un “grupo de élite” en   están afiliados. Circunstancia que ayuda a inculcar
             el seno de la cofradía.                            en los jóvenes marrajos el sentimiento de pertenen-
                                                                cia a la cofradía, a diferencia de los niños californios
                     Dentro de este contexto  histórico es fácil   que, desde muy pequeños, están acostumbrados a
             comprender  la  breve  presencia  en  el  desfile,  entre   identificarse con otros colores diferentes al encarna-
             1954 y 1960, del tercio infantil femenino auspiciado   do, hasta el punto que a veces lo sienten como algo
             por la agrupación de la Santa Cena , que nada te-  ajeno a ellos. Este posiblemente sea el principal reto
                                             (9)
             nía que ver con el nuevo concepto de procesión que   al que hemos de enfrentarnos los californios en la
             se  estaba pergeñando, lo  que explicaría su  rápida   actualidad: preservar el legado que han aportado las
             desaparición. Asimismo,  esta interpretación  de la   agrupaciones y los tercios infantiles a nuestra cofra-
             evolución de la procesión de las palmas nos permi-  día, a la vez que recuperamos el orgullo de llamar-
             te entender por qué, en los últimos años del siglo   nos californios.
             XX, entre 1978 y 1998, cuando las agrupaciones es-
             tán plenamente consolidadas dentro de las cofradías                    Ángel Julio Huertas Amorós
             cartageneras, todos los tercios titulares que partici-
             pan en la procesión del Miércoles Santo crean sus
             correspondientes tercios infantiles .              Notas:
                                            (10)
                                                                (1)  ACNPJPP. Libro de Cabildos 1939-1947. Cabildo de Mesa cele-
                     El desarrollo que experimentó la procesión   brado el 12 de enero de 1944.
             del Domingo de Ramos a partir de los años cincuenta   (2)  Huertas Amorós AJ. La procesión del Domingo de Ramos. El
             del pasado siglo tuvo una serie de consecuencias que   Flagelo 2002; 12: 8-13.
                                                                  Ruiz Manteca R. El Beso de Judas en la Semana Santa de Cartagena.
                                                                (3)
             trascienden más allá del propio desfile. Por una par-  1989
             te, los tercios infantiles permitieron crear una cantera,   (4)  EL NOTICIERO (Cartagena), 28 de marzo de 1953: 2.
             donde se inculcaba a los más jóvenes la importancia   (5)  Victoria Moreno D. Las cofradías de Cartagena durante el siglo
             del orden en las procesiones cartageneras, el rasgo   XX. En: Las cofradías pasionarias de Cartagena. 1991.
                                                                  Huertas Amorós AJ. La evolución de las cofradías de Cartagena
                                                                (6)
             más genuino de nuestra Semana Santa, al tiempo que   en el siglo XX: del procesionismo al agrupacionismo. El Flagelo
             se les instruía también en los aspectos técnicos del   2010: 20: 36-37.
                                                                (7)
             desfile y se les fomentaba una serie de valores como   (8)  EL NOTICIERO (Cartagena), 13 de abril de 1957: 4.
                                                                  EL NOTICIERO (Cartagena), 24 de febrero de1959: 4.
             la disciplina, el compañerismo y el trabajo en equipo.   (9)  Huertas Amorós AJ. 2002. Op. cit.
             Pero también, este primer contacto con el mundo co-  (10)  Ibídem.


















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