Page 106 - El Cristo de la Flagelacion en la Historia de Cartagena - WEB
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bullendo como una abeja de grupo en grupo, señalando con educación pero con firmeza
                              los errores, siempre atento a todo, con entusiasmo, altruismo y dedicación plena.


                                 Sus entrevistas anuales en el periódico El Noticiero, eran un certero repaso de la historia
                              pasional de Cartagena y un agudo pronóstico de su evolución presente y futura. Debido a
                              su gran cariño hacia la Virgen del Primer Dolor, con toda solicitud y cariño todos los años
                              preparaba la gran Salve California, así como el tradicional Besamanos. Con el paso de los
                              años, viendo el final de su andadura en el horizonte, se fue rodeando de un grupo de
                              ayudantes cofrades, destacando uno de ellos, Pedro Pena Moreno (recientemente fallecido),
                              que fue su más entusiasta y aventajado discípulo, el cual heredó su cargo de Guardalmacén
                              General, donde realizó una gran y meritoria labor.


                                 Todo este sentido estético le venía a Balbino de su formación teatral y musical: sus trazos,
                              llenos de pasión, recrearon un universo fantástico de lirios, hojas, pasionarias, palmas,
                              dragones y flores que se plasmaron en mantos, sudarios, túnicas y otros tejidos bordados
                              a través de las manos expertas de bordadoras como Consuelo Escámez, Anita Vivancos,
                              Antonia Sánchez, su propia esposa Salvadora Jódar y otras muchas artesanas.


                                 Sin embargo, uno de los rasgos más olvidados dentro de la biografía de Balbino de la
                              Cerra es su vocación musical y su implicación en la organización de conciertos y zarzuelas
                              para recaudar fondos para la Semana Santa. Su labor más importante fue la de organizar a las
                              bandas de música, instruyéndolas en las piezas de Semana Santa a tocar en cada agrupación
                              y en cada momento pasional; la forma de integrarse en los desfiles, el mantenimiento de
                              la marcialidad y el decoro en el vestuario.


                                 De su relación con los hermanos de la Flagelación se podrían escribir muchas líneas,
                              pero una de las más reseñables contribuciones fue su presencia cerca del afamado músico
                              llamado por todos El Maestro Torres en los momentos en los que éste compuso la marcha
                              Flagelación que acompaña musicalmente a la Agrupación en la Magna Procesión California
                              de Miércoles Santo, junto a las también conocidas Cristo de la Sangre y Evangelista.

                                 El maestro José Torres Escribano, nacido en el año 1910 en Santomera y colaborador
                              estrecho de Balbino, vino con nueve años a la ciudad de Cartagena para participar en un
                              Coro de la Asociación de Hijos de María de la Medalla Milagrosa, de la Casa de Misericordia;
                              y años más tarde volvió a Cartagena para instalarse definitivamente. Formó parte de la
                              Banda de Música de Infantería de Marina y Balbino pronto lo reclutó para la Cofradía, siendo
                              tantas sus composiciones, que el recordado Juan Lanzón lo calificó como El campeón de
                              las marchas de Semana Santa.





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