Page 13 - El Cristo de la Flagelacion en la Historia de Cartagena - WEB
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los nuevos pasos y tronos de Semana Santa (con su particular estética colorista y floral),
siendo la época de las grandes fortunas y de los grandes mecenas del arte.
Será en los años 1920 cuando, tras la aparición de prohombres como el conocido
cónsul Fricke o el alcalde Alfonso Torres, se crearon las agrupaciones, que serían a largo
plazo los entes que convirtieron el hecho pasional en una realidad modélica, por su buena
organización, su carácter popular de base y las muchas rivalidades que entre ellas existían,
generando un espíritu de competencia que vino a elevar el listón de los desfiles. Fueron
creadas en sus orígenes en el seno de las cofradías con el fin de que aquellas se hicieran
cargo de los cuantiosos esfuerzos y gastos que originaban las procesiones, sobre todo
en temas como la música y los adornos, dándoles a cambio mucha capacidad decisoria
dentro de un marco común de referencia que tendía a la descentralización funcional.
El mecenazgo, la organización de eventos, los préstamos bancarios y la fuerte apuesta
personal de sus miembros fueron las claves de su éxito, pues pronto se puso en marcha
la renovación escénica de los desfiles, de forma que cada año se veían cosas nuevas,
al tiempo que la Semana Santa cartagenera cobraba poco a poco una personalidad
diferenciada: los Californios eran en los años 20 muy activos, apareciendo entonces los
famosos tronos de Luís de Vicente de La Oración y El Prendimiento, renovándose también
el vestuario de los tercios de capirotes: en 1930 estrenaron alumbrado en cuatro de ellos,
con cirios artísticos y de gran valor, junto al sudario que precedía al trono del titular de la
Cofradía. Principal novedad fueron dos parejas de cornetas, que procesionaban junto al
estandarte del Prendimiento y San Pedro.
La constitución de las agrupaciones abrió una activa competición alrededor de la
decoración del trono y los vestuarios de los penitentes, cada vez más numerosos. La
Cofradía California era cada vez más una estructura descentralizada, apareciendo en
aquel tiempo las agrupaciones de la Oración del Huerto (1929); la Samaritana (1929);
la Virgen del Primer Dolor (1929) de los Hijos de María de la Casa de Misericordia; San
Juan Evangelista (1931), los Granaderos (1932); San Pedro Apóstol (1932) y la Santa Cena
(1935).
Será en estos años, cuando surja lo que en Cartagena se conoce como el trono de
estilo cartagenero: de un elevado porte de dos cuerpos y ocho cartelas o candeleros en
cada una de sus esquinas, adornadas éstas con profusión de luces, siendo lo principal su
peculiar decoración externa de carácter floral, base de la peculiar competencia estética
cada Semana Santa entre cofradías y agrupaciones, deslumbradas por los progresos de
la revolución tecnológica y las posibilidades de las modernas fuentes de energía, base
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