Page 46 - El Cristo de la Flagelacion en la Historia de Cartagena - WEB
P. 46
La Junta Directiva de Antonio Ruiz, acompañado por los Consiliarios Leandro Navarro,
Fausto Peragón Pérez y Dionisio Martínez; y los Hermanos Juan Para, Pedro Marín y
Fausto Peragón Ruiz, pudo afrontar la renovación material y estética que requerían los
nuevos tiempos gracias a su buena gestión, a la señalada tutela de la Marina Mercante
y las corridas de los mencionados toreros, destacando en 1957 el estreno de nuevos
hachotes.
Las crónicas de la época reflejan ese maridaje taurino y pasional, reflejado en
ofrendas materiales y florales de los toreros a la Virgen del Primer Dolor y sentidas
oraciones ante el Cristo de la Flagelación. Esta identificación religiosa de los célebres
matadores venezolanos con la Semana Santa cartagenera puede explicarse por la especial
raigambre religiosa de los habitantes de su pueblecito, Choroní, fundado alrededor de
una iglesia en el siglo XVII por Fray Pedro Buitrago. La especial querencia mostrada por
César y sus hermanos hacia el Cristo cartagenero fue debida a la existencia en aquel
lejano lugar de uno similar que es visible desde toda la población y al que rinde culto
toda la comarca. El exitoso festival taurino de 1956 dejó un beneficio de más de 140000
pesetas a la Agrupación y al presidente Dionisio Martínez Rodríguez, franco el camino
para conseguir situar a los Hermanos de la Flagelación en la elite de las agrupaciones
pasionarias cartageneras.
Dionisio Martínez decidió entonces ampliar su directiva, de la que formaron parte
los Consiliarios Fausto Peragón Pérez y Leandro Ruiz; los Hermanos Sofía y María Luisa
Martínez, Fausto Peragón Ruiz, Eduardo Fernández, Juan Para, Modesto Minués, Pedro
González y Francisco Roca (más tarde se unieron el secretario, José Gómez; Carlos
Siljestrom, Salvador Sánchez, Antonio Manuel Peragón, Alfonso García, Ricardo García,
José Castelló, Francisco Cerón y Antonio Bernabeu). Todos ellos hicieron historia,
integrando de una forma cada vez más evidente a la Marina Mercante (representada
entonces en los desfiles por José Jáuregui y Delgado) y convirtiendo a la Agrupación en
vanguardia de las procesiones cartageneras, por la constante renovación estética y la
incorporación de la mujer a los centros de decisión.
En aquel momento la Agrupación estaba compuesta por 74 hermanos: 30 salían con
hachote, 3 con la cruz de plata, 3 para el estandarte, 4 hermanos vara y 4 con los flagelos.
En 1962 el estandarte fue bordado también por la cara posterior, convirtiéndose así
en un sudario de dos caras. Como en la ocasión anterior, Ana Vivancos y Balbino De La
Cerra fueron sus ejecutores: el nuevo bordado presentaba un dibujo formado por dos
flagelos cruzados rodeados por la corona de espinas orlada con haz de rayos a la usanza
cartagenera, con motivos vegetales.
45