Page 51 - El Cristo de la Flagelacion en la Historia de Cartagena - WEB
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Ese nuevo espíritu del asociacionismo, de la cooperación y de la atención a lo más
             próximo dio lugar a la implantación de unas costumbres en la Semana Santa que han
             permanecido hasta nuestros días, como son las comidas de hermandad, celebradas en
             lugares populares,  en pequeños  restaurantes  y  los  salones  parroquiales  que trajo el
             Concilio. El diario local El Noticiero, en su edición del día 14 de abril de 1967 relataba así
             una de ellas:

                Datos relativos a una comida de Hermandad California el domingo día 9 de abril.


                En la terraza del Hotel Mediterráneo tuvo lugar la animada comida de hermandad a la
             que asistieron numerosos directivos y hermanos californios.


                El acto, celebrado en la mayor intimidad, resultó muy simpático y emotivo, estando
             amenizado con música de fondo a base de las marchas procesionistas. Como es tradicional
             en estas reuniones de los  «encarnados», antes de la  comida  tuvo lugar  la  célebre
             «pesebrera», y después la suculenta comida que fue servida con especial esmero.


                (…) El  secretario, pidió  un aplauso  para el incansable y querido mayordomo
             guardalmacén, don Balbino de la Cerra, en mérito a su encomiable labor realizada durante
             todo el año en pro de nuestras procesiones.


                En un artículo anterior (del 8 de abril de 1960), aparecido también en El Noticiero, el
             conocido intelectual cartagenero Eugenio Martínez Pastor realizaba un perfil sociológico
             de las procesiones en la Cartagena de su tiempo, siendo éstas las conclusiones:


                -Presentaban las características propias de una plaza militar, y por lo tanto reflejaban
             el sentir castrense de la ciudad, siendo desfiles muy ordenados y con piquete militar.


                -A diferencia de otros lugares, donde la Semana Santa tiene un sentido simbólico con
             la Redención como único tema, en las de aquí es la historia de la Pasión de Cristo lo que
             se cuenta. Por tanto, eso explica el empeño en el desfile en sí, cuidándose sobremanera
             el adorno floral, los bordados, las sedas y las luces, siendo las imágenes solo una parte de
             una realidad estética que siempre recuerda al tiempo del Modernismo.


                -Destacaba especialmente sobre las otras imágenes el conjunto del Descendimiento,
             realizada con molde o patrón románico, gran congruencia en la escena y gran sentido
             estético. Debería según Martínez Pastor ser el modelo para la elaboración de nuevas
             imágenes.





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