Page 49 - El Cristo de la Flagelacion en la Historia de Cartagena - WEB
P. 49

En el caso de Cartagena podemos decir que disminuyó en los años 60 mucho
             la pobreza: el efecto de atracción del complejo petroquímico fue evidente,
             instalándose en la zona diversas empresas: la  Sociedad Minero-Metalúrgica
             Peñarroya, ante el agotamiento de sus minas en Sierra Morena, trasladó su centro
             de operaciones a la cuenca minera de Cartagena-La Unión. Esta explotación llevó
             aparejada que la instalación de la fundición de Santa Lucía llegase a tratar en 1970
             un millón de toneladas al año de concentrados primarios y que Española del Zinc
             se instalase en Cartagena, comenzando su producción en 1960. En 1969 se crea la
             sociedad Abonos Complejos del Sureste ASUR (Repesa y Explosivos Rio Tinto) en el
             valle de Escombreras.


                La evidente mejora económica y de las arcas municipales posibilitó el avance de
             todo lo relacionado con la Semana Santa, fuertemente amparada económicamente
             por la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, la Marina y el Ejército. Se pusieron
             de moda los tradicionales festivales taurinos, en que destacaba como organizador
             y participante en aquel nuevo tiempo el torero Juan García Jiménez, Mondeño;
             y  las emisiones recaudatorias  de  Radio  Juventud,  de las  que fueron motores y
             artífices dos cartageneros: Maruja Dorda Luna y Eduardo Bonet. El esplendor de
             los desfiles pasionales comenzó a atraer a muchas personas, la mayoría residentes
             en Madrid y Barcelona y de orígenes cartageneros, de forma que la Semana Santa
             comenzó a ser la antesala de la temporada turística.


                Los años 60 fueron en España un tiempo de cambio social y económico.
             También  el  ideal  católico  se  renovó mucho en aquel  momento en virtud  del
             Concilio Vaticano II, que comenzó con Juan XXIII y se desarrolló en el papado de
             Pablo VI. Y la renovación llegó a la Semana Santa, y por ende a la agrupación que
             aquí estudiamos. Este nuevo espíritu postconcilial fue muy bien interpretado por
             el célebre articulista Luis Linares, quien calificó a sus hermanos del Cristo de la
             Flagelación  como luchadores en pro de un ideal, de un mundo mejor desde la
             gestión de lo más próximo, luchadores desde la penitencia, la oración y en la vida
             cotidiana, dirigiéndose a ellos de esta forma:


                …me consta que hacéis todo lo que está en vuestra mano para que ese Cristo
             Flagelado reciba en la noche del Miércoles Santo el consuelo de vuestras oraciones,
             que mitigarán en parte su dolor, y elevándose engarzadas en una sola plegaria,
             llegarán al infinito suplicantes, implorando el perdón y la bendición eterna.





             48
   44   45   46   47   48   49   50   51   52   53   54