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siglo XIX. Y de la misma manera al terminar la presenta-
ción haré entrega al Hermano Mayor, a D. Juan Carlos de
la Cerra de las conclusiones del citado estudio.
Y para finalizar quisiera incidir en lo obvio. La
razón que nos ha congregado esta noche aquí es para pro-
ceder a la presentación en sociedad de la vigésimo cuarta
edición de la Revista El Flagelo. Señoras y Señores; la re-
vista El Flagelo. Revista El Flagelo, tus futuros lectores.
Disculpen mi atrevimiento y por si algo improce-
dente dicho esta noche aquí haya podido molestarles de
alguna manera. Agradecerles a todos ustedes su presen-
cia, su amabilidad y su complicidad por la atención que
Foto: Lorena Ruiz me han dispensado. Que tengamos todos una magnífica
Semana Santa. Muchas gracias y buenas noches.
desconocemos nuestra historia. Pues adelante, reconoz- Alfonso Pagán Pérez
camos, agradezcamos y sobre todo contadle a los más jó-
venes que Bartolomé Spottorno y María fue el Hermano
Mayor bajo cuyo mandato se celebró el primer traslado
procesional de Cartagena. Y apelando a la segunda apti-
tud que nos recomienda el Hermano Mayor “una aptitud
de responsabilidad”, principalmente de los dirigentes de las
cofradías y agrupaciones, aunque nos suponga un shock
y nos modifique lo que creíamos como verdad absoluta.
Pero siempre existen opciones, y si después de escuchar
lo dicho aquí esta noche, alguien puede no estar de acuer-
do. En ese caso yo le recomiendo que siga las indicaciones
que mi amigo y poeta cartagenero, Juan de Dios García
escribe en la contraportada de sus último libro de poesía
ÁRTICO. Propone que: “Ante la adversidad es necesario apli-
car frío… la congelación detiene el sufrimiento… si no se puede
exterminar el desencanto, se puede aprender a convivir con él, a
anestesiarlo con inteligencia, a ignorarlo con prudencia”. Pero
por favor, no se anestesien, no me tachen de polémico, no
me flagelen con la indiferencia por intentar rescatar una
historia que se encontraba dormida.
Foto: Lorena Ruiz
Os dije al principio de la presentación que sentía
haber contraído una deuda de gratitud hacia esta agru-
pación, con su presidente y por extensión con la Cofra-
día California. Si así lo consideráis espero corresponder
a vuestra deferencia conmigo el año próximo, compro-
metiéndome a publicar en las páginas de esta revista, el
resultado provisional de un estudio sobre los Hermanos
Mayores de la Cofradía California en el último tercio del
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