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El Flagelo
de empanadas, tortas y cosas de comer que se señalan por
defuera. A estos siguen otros tantos más Granaderos con
la misma compostura y cuyo riguroso uniforme consta
de una evillazas de plata muy relucientes, media negra,
calzón y chupa de terciopelo negro, su gorra de Granade-
ro y su alabarda terciada. Entre Granadero y Granadero
por ambas bandas un Angelito con su vela, bien o mal
vestido, según el gusto y la riqueza del que lo envía. Así
estos Granaderos, como los soldados anteriores, llevan su
música propia también en fila á los principios y sus Xefes
por medio, que se distinguen, en que el cinturón es borda-
do y en que van con espada en mano y el Sargento Mayor
su tambor de ordenes inmediato y esta primera parte de
la procesión la cierra un Angelito ricamente prendado y
con su bastón, al que llaman el General. La Cofradía solo
presta las alabardas y sables y cinturones de estas tropas;
lo demás lo ponen ellas y pagan un tanto por alistarse, que
en los de Espada en mano ha sido este año 6 reales y los
Alabarderos…… y Granaderos…. Sus Xefes tienen que
dar paga de algunos duros. Todos deben llevar pendien-
tes de las gorras o sombreros unas gasas que les cubría el
rostro; pero los mas se dispensan de esta ceremonia…” (7)
He querido dejarlo tal como lo escribió su
autor con el fin de que se pueda apreciar el detalle
Fot. 2 - Ricardo Spottorno Bienert (1890-1896) (1898-1910) al que llega la descripción. Cuando se lee detenida-
mente, es evidente que el autor diferencia tres tipos
los pocos testimonios que las fuentes documentales de granaderos: los de la Hermandad, los Espadas
nos han transmitido desde el siglo XVIII relativo al en mano o volantes, con sombrero de tres picos y
desfilar de los granaderos californios en la Semana con sable en la mano y otros granaderos con dife-
Santa de Cartagena. Partiendo de que el origen tuvo rente uniforme a los anteriores que llevan alabardas.
lugar en esa centuria, el primero de los testimonios Como puede verse en ninguna parte relaciona arma
citados por casi todos los autores que menciono de fuego o fusil, sino incluso apunta que la propia
en la nota 2 hace mención al dado por el ilustrado cofradía es la que presta el armamento: las alabar-
Vargas Ponce sobre las procesiones de finales de das, los sables y los cinturones que llevan estos fi-
esa centuria. En relación a la procesión del Miérco- gurantes.
les Santo detalla: “Empieza por algunos soldados de la
guarnición, y siguen hasta 10 de los que llaman Grana- No encontramos más descripciones poste-
deros de la Hermandad, con otros tantos niños de Angeli- riores de la uniformidad granadera en los convulsos
tos. En dos filas, con mucho orden e igualdad, continúan años del siglo XIX, donde las procesiones dejaron
los que llaman Espadas en mano o Volantes, que serán de salir muchos años. Tenemos que esperar hasta
hasta mas de 200 muchachos, desde 15 a 20 años, cuyo el año 1862 donde de nuevo se da una relación de
vestido, enteramente uniforme, consta de chupa y calzón forma detallada e incluyendo que como único arma-
negro, camisa guarnecida y chupita de majo blanca, con mento llevan un sable: “Llevan los granaderos chaqueta
una cinta de guarnición negra y lo mismo en los hombros y pantalón negros, corbata del mismo color, un tahalí de
etc.; un tahalí terciado de ante, su sombrero de tres picos terciopelo carmesí con su sable, y una gorra grande de
de galon y el sable en mano; el buche de la camisa relleno pelo por cuyo frente parece las que usaban nuestros an-
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