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Sobre el culto a las Reliquias
Queridos hermanos de la Flagelación y lectores ellas y los beneficios obtenidos de Dios gracias a las ora-
de esta publicación que cada año nos ofrece en este tiempo ciones en las que se pedía la intercesión de los santos.
Santo de Cuaresma esta gran agrupación california.
Con el pasar de los siglos y con la llegada del
El próximo día la Parroquia de San Antonio Mª cristianismo a nuevos pueblos de Europa, la difusión de
Claret conocida popularmente como “Los Padres” va a las reliquias se hizo casi general. No faltaron, por desgra-
donar una reliquia de su Titular para ser procesionada en cia, quienes con engaño y fraude aprovecharon la buena
la noche del Miércoles Santo y para que reciba culto en la fe de cristianos. Otras veces el entusiasmo general llegaba
Capilla California de la Parroquia de Santa María de Gra- a declarar como reliquias de mártires huesos encontrados
cia. La reliquia que se va a donar procede de la Casa Ge- cerca de alguna iglesia, sin que hubiese un mayor discer-
neralicia de los Padres Claretianos y es una reliquia de pri- nimiento crítico al respecto. En algunos lugares hubo una
mera categoría por ser un pequeño hueso de Padre Claret. especie de “tráfico” de reliquias motivado por el deseo de
La Parroquia dona esta reliquia como signo de fraternidad venerar restos mortales de los campeones de la fe.
con esta Agrupación que desde hace unos años realiza la
Eucaristía del Domingo de Ramos y en su fachada está el No era raro que algunos cruzados europeos fue-
mosaico del Santísimo Cristo de la Flagelación. sen fácilmente engañados por personas de Tierra Santa
que vendían como reliquias objetos cuyo valor era dudoso
La veneración cristiana de las reliquias es muy o claramente falso.
antigua. Ya en los primeros siglos de la era cristiana fue-
ron redactados testimonios que muestran el respeto hacia “La religión cristiana es demasiado a menudo
restos mortales u objetos de diverso tipo, especialmente denigrada porque algunos exponen reliquias de santos
de mártires. Así, cuando el obispo de Esmirna, san Poli- para venderlas o para mostrarlas a cada paso. Para que
carpo, sufrió el martirio (siglo II), algunos cristianos reco- eso no se produzca más en el futuro, establecemos por el
gieron sus huesos, por considerarlos más valiosos que el presente decreto que las reliquias antiguas no sean más
oro o que las piedras preciosas (cf. Martirio de Policarpo, expuestas fuera del relicario ni mostradas para ser ven-
18). Y los cristianos veneraban las tumbas de los mártires didas. En cuanto a las nuevamente encontradas, nadie
y trataban con respeto sus restos mortales como auténticas ose venerarlas públicamente, si no hubieren sido antes
“reliquias” (vestigios, restos-que eso significa la palabra) aprobadas por autoridad del Romano Pontífice. Además,
del comportamiento heroico y ejemplar de quienes dieron los rectores de las iglesias vigilarán en el futuro para que
su vida por Cristo. la gente que va a sus iglesias para venerar las reliquias
no sea engañada con discursos inven-
Más tarde se promovió la tados o falsos documentos, como se
búsqueda de objetos relacionados con suele hacer en muchísimos lugares
Jesucristo (como la Cruz de Cristo) y por afán de lucro” (cf. Denzinger-Hü-
con personas que convivieron con Él, nermann n. 818).
especialmente la Virgen y los Após-
toles. Pero dicha búsqueda no estuvo Avancemos a lo largo del
exenta de excesos o abusos, de ma- tiempo. Desde sus primeras líneas, el
nera que se hizo necesario redactar decreto del Concilio de Trento pide a
normas para su uso correcto. Desde los obispos que enseñen a los católicos
muy pronto van surgiendo las líneas la sana doctrina sobre el modo de re-
fundamentales de la doctrina católica zar e invocar a los santos, y coloca en
sobre el particular: ya san Jerónimo y ese contexto el tema de las reliquias.
san Agustín hacen constar que a tra- Recuerda, además, que los santos rei-
vés de la veneración de las reliquias nan con Cristo e interceden por los
de los mártires veneramos a Aquel hombres, y que al invocar a los santos
por quien fueron mártires. Por ejem- se pide alcanzar de Dios “los beneficios
plo, san Jerónimo afirmaba claramen- por Jesucristo su Hijo, nuestro Señor, que 9
te que no adoramos las reliquias de es sólo nuestro redentor y salvador”. Este
los mártires, sino que a través de ellas punto es importante. Al mismo tiem-
adoramos a Aquel (Dios) por quien po, el texto apenas citado recuerda
fueron mártires (cf. “Ad Riparium”, que sólo Jesucristo es Salvador, no los
I, P.L., XXII, 907). San Agustín, por santos ni sus reliquias.
su parte, en diversos momentos de su
obra “La ciudad de Dios”, presenta De esta manera, el Concilio
más bien los aspectos positivos de la de Trento confirmaba la doctrina
veneración de las reliquias, al descri- católica secular: es correcto venerar
bir el uso que los cristianos hacían de Foto: Enrique Ros los cuerpos de los mártires y de