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Presentación de “El Flagelo”


                               número 29, año 2019




                    Queridos amigos, autoridades y dignidades   los cartageneros, habituados a la triste realidad del
            que hoy nos acompañáis en este acto que anuncia    sufrimiento colectivo este interminable camino de la
            la Semana Santa en tono rojo Californio y con la so-  Flagelación, identificado aquí con los padecimientos
            lemnidad y el dramatismo del que se inviste la Fla-  y el sentir de Cristo en su dramática agonía:
            gelación, momento cumbre de la pasión y muerte de
            Jesucristo.                                               …Él tomó sobre sus hombros el rayo de las di-
                                                               vinas venganzas para que no abrasase la tierra maldita
                    La  historia  y las  Sagradas  Escrituras  nos   donde habían desaparecido los brotes de la virtud y los
            han enseñado desde pequeños que los condenados     gérmenes del bien…Las caídas, los  desfallecimientos  de
            a crucifixión eran flagelados durante el trayecto que   Jesús, que hablan a nuestra compasión pidiendo lágrimas
            había entre el lugar donde se dictaba la sentencia y   a los ojos, hablan también a las flaquezas y los desmayos
            el del suplicio. En el caso de Jesús, excepcionalmen-  de nuestra voluntad, por los que tan a menudo se abando-
            te, se llevó a cabo en las dependencias del tribunal,   na la senda de la justicia y del deber. En el divino modelo
            siendo este un castigo especial, un martirio que su-  con quien hemos de conformarnos, fácil nos será hallar
            pone para los cristianos un ejemplo de vida que ha   consuelo y estímulo,  resignación y fortaleza.  En esas
            sido inmortalizado desde el Medievo por maestros   aguas redentoras se templaron las almas de los mártires,
            como  Della Francesca o Caravaggio, que supieron   haciéndose capaces de resistir la furia de los tiranos y los
            captar el dramatismo pictórico del acto de golpear   refinamientos de la crueldad; en ese río de los dolores y las
            metódicamente el cuerpo de Cristo con flagelos, láti-  misericordias de un Dios que padece por nosotros, ha de
            gos, correas, varas y cuerdas; mientras hacían llegar   blanquearse la estola de todos los predestinados a gozar la
            a los creyentes un intenso mensaje a la vez directo y   vida de la inmortalidad entre los coros de los ángeles.
            metafórico sobre la vida, la muerte y la pasión.
                                                                      En  esos años  anteriores a  la Guerra Civil
                    Quiero decir  que es  un placer  para mi   identificamos  en  relación  a  la  Flagelación  la
            compartir este momento tan especial para los       existencia en Santa Ana del culto al llamado Cristo
            californios y los cartageneros en general, y expresar   de  la Caña, situado  en el paraje de la Carrasca,
            desde esta tribuna mi agradecimiento a los miembros   imagen escondida del tránsito de la carretera, en
            de la Agrupación de la Flagelación, y especialmente a   una pequeña ermita en aquellos años perdida de la
            su Mayordomo Presidente, D. Pedro Ayala Gallego,   vista, agazapada entre viñedos y olivares, junto a
            un hombre sencillo  y bueno, a la altura de  este   un grupo de casitas blancas. En ese rincón recogido,
            retablo de pasión bíblica que luce cada Miércoles   llegado el tiempo de Cuaresma, los fieles entran a
            Santo como pocas agrupaciones en festín cromático   rezar en la capilla donde se ubica el Santo Cristo,
            los tonos rojos, los negros y los dorados, brillando a   austero,  despojado  de  todo  objeto  suntuoso,  pero
            la luz de las candelas el oro y los bordados. Y es que   rodeado  de  exvotos  que penden de  sus  paredes.
            esta  Agrupación  ha  captado  como  ninguna desde   En la parte superior del altar, entre cirios y flores,
            sus orígenes el particular sentir de los cartageneros   luce el hermoso  cuadro  de inspiración  barroca
            en relación a la semana de pasión, expresada desde   del  Cristo  herido  tras  el  flagelo.  Su  mirada,  fija  y
            hace décadas invariablemente por decenas de        penetrante, refleja la tristeza del momento; la corona
            escritores y cronistas que no son más que meros    de espinas, de un grosor que le da a la pintura un
            transmisores del sentir popular, así el columnista   matiz diferenciador, ciñe opresora la larga cabellera
            de actualidad Francisco Blanco, expresaba en abril   desordenada, mojada por dos gruesas lágrimas que
            de 1925 en el diario Cartagena Nueva lo que es para   recorren la faz. Su espalda muestra descarnada  la



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