Page 54 - El Cristo de la Flagelacion en la Historia de Cartagena - WEB
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A partir de ese momento ha venido articulándose un nuevo concepto sobre el papel
                              que el arte debe desempeñar al ser emplazado en el espacio público. Son experiencias
                              artísticas que persiguen, ante todo, la extensión conceptual y formal del arte con objeto
                              de enriquecer las  posibilidades  perceptivas.  Implicar  físicamente  al  espectador, abrir
                              procesos reflexivos acerca del espacio o la realidad. Como es sabido, el uso de objetos y
                              materiales diversos se constituyó en característica primordial del quehacer de no pocos
                              creadores, y eso se notó mucho en lo que a la Cofradía California se refiere en los bordados
                              y los hachotes, donde se introducen formas que poco tiempo atrás se hubiesen tenido por
                              provocadoras e incluso iconoclastas, pero que ahora la Iglesia las había incorporado a sus
                              templos y señalado un camino a los hermanos penitentes.


                                 La iconografía penitente no fue, ni en Cartagena ni en ningún lugar de la vieja España
                              ajena a tendencias como el Op Art, u Optical Art, basado en la creación de juegos visuales
                              e ilusiones que dan  sensación de movimiento  y que tanto  enriqueció  la ya de por si
                              colorida grama cromática California: el paso de los capirotes provocaba una combinación
                              y repetición de líneas y figuras geométricas que rompían trasgresoras en la noche. Otra
                              tendencia de ese tiempo fue el Arte en acción, que introducía en telas, ornamentos y
                              bordados motivos propios de la escena teatral, de percepciones venidas de las bambalinas
                              y las candilejas: de impactos visuales que quedan en la retina tras el paso del cortejo.


                                 Fluxus fue otra expresión influyente en la iconografía pasional, un movimiento propio
                              de las artes visuales que tuvo su momento más activo entre la década de los sesenta y
                              setenta, rivalizando con el Arte minimalista y el Arte Povera, que tenían además por su
                              propuesta sencilla en los materiales la virtud de ahorrar costes en el diseño. A finales de
                              los sesenta y comienzos de los 70 se puso de moda el Hiperrealismo, que incorporaba
                              a las  telas  y a los  elementos  pasionales  técnicas  reflectantes, de colores  sinuosos  o
                              brillantes y que rompió moldes en la Semana Santa cartagenera, hasta ese momento tan
                              monolíticamente marcada por las tendencias artísticas de antes de la Guerra.



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                                                          la puesta en marcha del Tercio Infantil


                                 Los  años  70  fueron  un  tiempo  de  cambio  político  en  España  y de crisis  económica
                              internacional. Aunque Cartagena mantuvo casi íntegra la estructura económica de los años
                              de bonanza (la crisis industrial vino en los 80 y los 90), a nivel de Semana Santa la situación fue
                              francamente complicada: el conocido articulista Luis Linares lo relacionaba con la renovación
                              de tronos y ornato de años anteriores, producto de lo cual se arrastraban cuantiosas deudas.





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