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bre Semana Santa, la revista Carthago-Nova, “Álbum ducido un auténtico “boom” editor de revistas. No
portavoz de las Fiestas de Primavera, procesiones, se ha realizado una contabilidad exhaustiva, pero es
comercio e industria de Cartagena”, publicada por probable que en estos 35 años se haya llegado a edi-
el cofrade californio Andrés Hernández Soro, bajo tar casi medio centenar de cabeceras entre las cuatro
el acrónimo de Anherso. Tenía una periodicidad cofradías, sus agrupaciones y algunas otras entida-
anual y en el Archivo Municipal de Cartagena se des. Esto demuestra un gran interés por el tema en
conservan las de de los años 1927, 1928, 1930 y 1936, Cartagena, pero, a la vez, ocasiona en muchos ca-
aunque es seguro que se publicaba con anterioridad sos artículos repetitivos, de poco interés en otros, y,
pues en el primer número de los aquí citados dice puede provocar, que la abundante paja dificulte la
textualmente: “La excelente acogida a este álbum en separación del grano de calidad, representado por
el pasado año nos indujo en el presente a continuar algunos artículos ciertamente buenos.
en nuestra labor (…)”, lo que demuestra que, al me-
nos, había un número anterior a los conservados. Por otra parte, es claro que este auge editor
se inicia a partir de la consolidación de la democra-
En la misma lí- cia en España y la conse-
nea de publicación anual cuente libertad de pren-
centrada en el tema co- sa, en los años ochenta
frade, tras la Guerra del pasado siglo. En el
Civil, continuó el Libro mundo cofrade en esos
de Oro de Cartagena y su momentos ocurrió lo
Semana Santa, publicado mismo que aconteció en
inicialmente por Alba, la sociedad española en
Catarineau y Mustieles general: el florecimiento
y posteriormente man- de la prensa escrita. A
tenido hasta su desapa- ello coadyuvó también
rición por Luis Linares. la constatación de que la
Ejemplo perfecto de lo llegada de la democracia
que se consideraba en no había supuesto nin-
los años del franquismo gún problema para las
que debía recoger una cofradías, sino más bien
publicación relativa a al contrario, y avocó a
nuestras procesiones y éstas a una nueva época
que seguía el modelo de de esplendor, manifesta-
publicaciones similares da también a través de
en otros lugares dedi- las publicaciones.
cados a otros tipos de
fiestas. Las revistas se
concibieron, al menos en
Los periódicos teoría, como un medio
locales también contri- de comunicación entre
buyeron con posteriori- los propios cofrades.
dad a la Guerra Civil al Así lo decía el editorial
género cofrade con sus del número 0 de la pri-
especiales de Semana mera revista california
Santa, publicados normalmente el Viernes de Dolo- publicada en estos años, La Linterna: “pretendemos
res. El Noticiero, La Verdad, La Opinión o El Faro de que sea un medio de comunicación y acercamiento
Cartagena realizaban un número anual con informa- entre mayordomos, consiliarios, hermanos y agru-
ción sobre cofradías, procesiones, novedades patri- paciones”.
moniales, etc., además de las secciones habituales Con muy pocas excepciones, las revistas
que mantenían durante la Cuaresma. editadas por los californios han sido de periodici-
dad anual. Se publican de Cuaresma en Cuaresma,
Características coincidiendo con la época de mayor actividad de los
Desmesura, como ya se dijo anteriormente, cofrades. Las escasas excepciones se citarán cuando
fue la primera característica que vino a mi mente a hablemos de cada una de ellas.
la hora de afrontar este tema. A partir de la misma
fecha que escogí para mi artículo sobre libros, 1980, Los artículos de las mismas han sido muy
quizá un poco antes en algún caso aislado, se ha pro- variados, teniendo cabida los de carácter literario,
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