Page 28 - El Cristo de la Flagelacion en la Historia de Cartagena - WEB
P. 28
En noviembre de 1939 el gobierno civil ratificó el poder de la Falange en la
administración local, estableciéndose un servicio de vigilancia en la calle, función atribuida
desde los primeros momentos a sus milicias y al cuerpo de somatenes. Pronto comenzó
la represión, al principio incontrolada y luego bajo la tutela de las autoridades militares
y su maquinaria jurídica, ubicada en las Escuelas Graduadas de la calle Gisbert y en 57
juzgados instructores.
Nos encontramos pues al terminar la Guerra Civil una ciudad asolada por la miseria
de la posguerra, la destrucción y el desarraigo. El tema de la beneficencia, controlado
exclusivamente por la Falange y la Iglesia Católica, entra en una fase totalmente diferente,
pues no se ha conocido un momento más dramático en la dilatada historia de la ciudad,
siendo los desamparados muchos y los recursos muy escasos.
El municipio de Cartagena tenía en el momento de finalización de la Guerra Civil entre
114.000 y 120.000 habitantes, la misma que hoy tiene toda la provincia de Teruel y el
doble de la que actualmente tiene Melilla.
Hasta 1942 no se experimentó aumento significativo de la población. En 1939 se
produjeron 1.784 nacimientos inscritos en el Registro Civil, lo que representaba un
incremento de la población del 1,56 %, mientras las defunciones fueron prácticamente
el doble de los nacimientos, alcanzando las 3.170 muertes registradas, un 2,78 %. A las
cifras de fallecidos y a efectos del censo debemos descontar una importante cifra de
personas desaparecidas o exiliadas que lógicamente no pudieron cursar su baja en el
padrón municipal.
En el año 1940 había en Cartagena 1.247 viudas con edades comprendidas entre los 20 y
los 39 años. Entre 3.000 y 4.000 niños y niñas cartageneros se criaron sin padre, el 90 % de
los cuales carecía de recursos. En el periodo comprendido entre 1939 y 1941 el 25% de la
población carecía de medios para sobrevivir, pues el tejido productivo estaba totalmente
destruido: Auxilio Social repartía en 1939 cerca de 7.200 raciones diarias de comida. En
la zona de Cartagena no había aceite ni café, los suministros eran muy irregulares y las
cantidades, mínimas: 150 gramos de pan cada semana o diez días; en los casos del arroz,
garbanzos, azúcar, judías y lentejas se repartían entre 100 y 200 gramos en intervalos
infrecuentes. Los precios de otros productos eran muy elevados. Lo único que había en
cantidad suficiente eran las frutas. Apenas si se disponía de carbón vegetal ni de jabón.
Mientras en los países desarrollados se ponía en marcha tras la Segunda Guerra
Mundial el llamado Estado del Bienestar y los modernos sistemas de protección social que
27