Page 32 - El Cristo de la Flagelacion en la Historia de Cartagena - WEB
P. 32
…Él tomó sobre sus hombros el rayo de las divinas venganzas para que no abrasase
la tierra maldita donde habían desaparecido los brotes de la virtud y los gérmenes del
bien…Las caídas, los desfallecimientos de Jesús, que hablan a nuestra compasión pidiendo
lágrimas a los ojos, hablan también a las flaquezas y los desmayos de nuestra voluntad, por
los que tan a menudo se abandona la senda de la justicia y del deber. En el divino modelo
con quien hemos de conformarnos, fácil nos será hallar consuelo y estímulo, resignación
y fortaleza. En esas aguas redentoras se templaron las almas de los mártires, haciéndose
capaces de resistir la furia de los tiranos y los refinamientos de la crueldad; en ese río de
los dolores y las misericordias de un Dios que padece por nosotros, ha de blanquearse la
estola de todos los predestinados a gozar la vida de la inmortalidad entre los coros de los
ángeles.
En cuanto a los precedentes de la Agrupación, diremos que en los años anteriores a
la Guerra Civil identificamos en relación a la Flagelación la existencia en Santa Ana del
culto al llamado Cristo de la Caña, situado en el paraje de la Carrasca, imagen escondida
del tránsito de la carretera, en una pequeña ermita en aquellos años perdida de la vista,
agazapada entre viñedos y olivares, junto a un grupo de casitas blancas. En ese rincón
recogido, llegado el tiempo de Cuaresma, los fieles entran a rezar en la capilla donde
se ubica el Santo Cristo, austero, despojado de todo objeto suntuoso, pero rodeado de
exvotos que penden de sus paredes. En la parte superior del altar, entre cirios y flores,
luce el hermoso cuadro de inspiración barroca del Cristo herido tras el flagelo. Su mirada,
fija y penetrante, refleja la tristeza del momento; la corona de espinas, de un grosor que
le da a la pintura un matiz diferenciador, ciñe opresora la larga cabellera desordenada,
mojada por dos gruesas lágrimas que recorren la faz. Su espalda muestra descarnada la
ferocidad de los azotes y la pálida luz dibuja hacia las alturas el camino de la redención.
Esta pintura sobre cristal, de propiedad privada desde comienzos del siglo XIX,
momento en el que fue encontrada de manera casual, le fueron atribuidas curaciones
milagrosas, por lo que la devoción a este Cristo continúa en nuestros días. Podemos
afirmar, pues, que esta tabla es el precedente más cercano que podemos encontrar en
relación a la fundación en la ciudad de la Agrupación de la Flagelación.
La Agrupación del Santísimo Cristo de la Flagelación fue fundada tras la Semana Santa
por un grupo de Hermanos de la Pontificia Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús
en el Paso del Prendimiento (Californios) pertenecientes a la Asociación de Hijos de María
de la Casa de Misericordia de Cartagena, e impulsada por el referido Marqués de Fuente
Sol, entonces Hermano Mayor de la Cofradía California, y el Mayordomo José Derqui
López Cuervo, primer Presidente de la Agrupación.
31