Page 31 - El Cristo de la Flagelacion en la Historia de Cartagena - WEB
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1946, los orígenes de la Agrupación


                Tras la Guerra Civil las nuevas autoridades dictaron órdenes en el seno de las cofradías
             para impulsar las mismas y que sirviesen como mecanismo de cohesión social. Uno de los
             más destacados dirigentes en este sentido fue Antonio Ramos Carratalá, persona muy
             ligada a la gestión municipal y a las cajas de ahorros, sumamente activo a la hora de
             conseguir subvenciones del Estado y ayudas de comerciantes como el fotógrafo Casaú
             y Enrique Mora, gestor del Cinema Alcázar, abundando los telegramas de adhesión al
             Caudillo y los nombramientos de hermanos mayores honoríficos e hijos adoptivos de la
             ciudad a las autoridades militares y religiosas. En 1943 Franco fue nombrado hermano
             mayor honorario de la cofradía California.


                Los hermanos mayores aumentaron su poder dentro de las cofradías, siendo su labor
             muy elogiada y su prestigio social creciente: en los Californios fueron tras la Guerra Juan
             Moreno Rebollo, el Marqués de Fuente el Sol, Francisco Celdrán Conesa, Juan Alessón
             López y Pablo Francisco López Álvaro; destacando sobremanera José de la Figuera Calín,
             marqués de Fuente el Sol, que fue alcalde de la ciudad, y hermano mayor desde 1941
             hasta 1952. Fue el artífice de la reposición de numerosas imágenes destruidas en la Guerra
             Civil. Contactó con Benlliure para las tallas del Prendimiento, el Ósculo, La Flagelación, San
             Juan y la Virgen del Primer Dolor. En 1941 prestó una imagen de su propiedad, la Virgen
             Dolorosa de Salzillo, para la procesión del Miércoles Santo.


                Su carácter autoritario, propio de aquellos tiempos de ordeno y mando, provocó
             disgustos y dimisiones en su directiva, pero es una figura clave para entender la Semana
             Santa cartagenera, y el gran artífice de su puesta al día: en noviembre de 1946 vio en el taller
             madrileño del escultor Mariano Benlliure una imagen sin terminar del Cristo Flagelado de
             la que se encaprichó, de forma que a instancias suyas y con el apoyo y entusiasmo de sus
             hermanos californios se llevaron a cabo las gestiones para la compra de la misma. En marzo
             de 1947 llegaba a Cartagena, desfilando por vez primera el 2 de abril (Miércoles Santo).


                Y ha sido  una agrupación  clave  en  la Semana Santa desde sus orígenes,  pues ha
             conectado siempre con el particular sentir de los cartageneros en relación a la semana
             de pasión, expresada desde hace décadas invariablemente por decenas de escritores y
             cronistas que no son más que meros transmisores del sentir popular; así el columnista de
             actualidad Francisco Blanco, expresaba en abril de 1925 en el diario Cartagena Nueva lo
             que es para los cartageneros, habituados a la triste realidad del sufrimiento colectivo este
             interminable camino de la Flagelación, identificado aquí con los padecimientos y el sentir
             de Cristo en su dramática agonía:





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