Page 53 - ElFlagelo2018
P. 53
El Flagelo
Bellas Artes como la de Roma o París. En 1949 es
nombrado Maestro Imaginero de Honor del Taller de
Imaginería Religiosa de Santa Isabel de Hungría.
Con este currículum, era el candidato indiscutible
para la realización de la Escultura.
Pero intentemos conocer su pensamiento
y la situación artística del momento. La España de
la década se sitúa en un aislamiento internacional;
la información y las corrientes artísticas que llegan
del exterior son escasísimas, por lo que se mira a
la tradición y a lo correctamente formal, a lo aca-
démico. La imaginería religiosa prolifera en el pe-
riodo de la posguerra, Pérez Comendador, Benlliu-
re, Castillo Lastruci, Collaut Valera o José Capuz
saben aprovechar el momento de recuperación de
un patrimonio desaparecido por los ataques reali-
zados a los símbolos religiosos. La pérdida de este
patrimonio lleva consigo un declive de la Semana
Santa a nivel nacional, lo que causa a la vez, una
numerosa desaparición de hermandades. Las que
retoman su actividad, como en el caso de los ca-
lifornios, se enfrentan a construcción de un patri-
monio empezando por lo más elemental, que no es
otro que su propia razón de ser, las imágenes re-
ceptoras de la devoción y auténticos protagonistas
de la catequesis popular que desarrollan. La urgen-
cia por reponer las carencias, y la situación econó-
mica existente, es causante de que las obras que se
realizan en ese momento sean elaboradas en ma-
teriales de las más distintas calidades, desde ma-
dera de pino, ciprés…, pasando por el barro, pasta
de madera, telas encoladas, etc. Todo ello sumado
a una tendencia más conceptual y moderna de la
imaginería religiosa. bina con pátinas y postizos para dotar de mayor
naturalidad y barroquismo sus obras.
Pérez Comendador eleva su voz en contra
de la situación, entendiendo que desprestigia el En el año 1939, para mostrar las nuevas
arte imaginero, y atenta contra la más pura histo- tendencias basadas en la tradición escultórica es-
ria artística española. Influenciado por su forma- pañola, se celebra en Vitoria un Exposición Nacio-
ción en los talleres y escuela sevillana, se centra nal de Arte Sacro donde se reúnen las más diversas
y se recrea en el barroco y en el formalismo tan disciplinas artísticas, contando Pérez Comenda-
característico de la tradición andaluza y castella- dor con una sala monográfica dedicada a su obra.
na del siglo XVII, mirando a Gregorio Fernández, Ante la creciente hegemonía de las nuevas ten-
Alonso Cano o Francisco Salzillo, sin olvidar al dencias artísticas, Comendador defiende su pos-
que podemos considerar su máximo referente, tura en cuanto a su definición de la imaginería en
Martinez Montañés. Surgen de su obrador tallas ese momento, las imágenes sagradas son un punto
en madera herederas de las tradicionales policro- de referencia básico para el creyente, lo acercan
mías de acabados mate, con dorados y estofados y comunican con la divinidad, actúan como vía
que resaltan su calidad artística. Siguiendo esta hacia lo divino. Estas cualidades son demandadas
línea rechaza las vanguardias que empiezan a im- por los comitentes mediante condiciones contrac-
ponerse en el arte religioso, pero sabe introducir tuales, sin descuidar las tradiciones barrocas que
muy sutilmente elementos y características que no tan fielmente expusieron todas estas característi-
lo alejan del nuevo estilo. Sus estudios relaciona- cas, que acercaban y empatizaban con el público
dos con la estatutaria egipcia y griega marcan una al que iban dirigidas.
clara influencia a lo largo de su producción artísti-
ca, y claro está, en su faceta de imaginero, usando Pérez Comendador es claramente un
técnicas que dejan entrever las señales de la gubia escultor academicista, que tiene que aprender a
en los ropajes, para contrastar con las superficies convivir con la nueva vertiente artística que cada
pulidas y suaves de las carnaciones; y que com- vez toma más fuerza, amparada por una jerarquía
53